Día Mundial de la Dermatitis Atópica: sus principales causas y tratamientos a aplicar
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Este 14 de septiembre se recuerda un nuevo Día Mundial de la Dermatitis Atópica, una de las enfermedades no contagiosas más comunes que existen y que afecta tanto emocional como socialmente a las personas que conviven con ella, independientemente de su gravedad.
Con el objetivo de sensibilizar y concienciar a la población, se conmemora a mediados del noveno mes del año este día para que esta patología logre mayor notoriedad de la que ya tiene y quienes la sufren no tengan que padecer ningún tipo de aislamiento ni discriminación.
¿Qué es la dermatitis atópica y cuáles son sus causas?
Por definición, la dermatitis atópica o eccema atópico es una afección inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por síntomas como por ejemplo una picazón intensa en diferentes partes del cuerpo, acompañada de lesiones cutáneas más o menos profundas.
Como decíamos anteriormente esta enfermedad no es contagiosa aunque sí puede ser hereditaria, en caso de que uno o ambos padres hayan desarrollado dermatitis atópica durante su vida. Si ambos la desarrollan, las probabilidades en los hijos serán más elevadas.
En cuanto al diagnóstico, en más de la mitad de los individuos se detecta el eccema atópico durante el primer año de vida porque basta una consulta con el dermatólogo ante la evidencia de las heridas superficiales para que este profesional confirme el trastorno oficialmente.
Las causas de esta afección son diversas pero suelen estar asociadas al ambiente y la exposición al frío y los cambios de temperatura. El polvo es otro de los disparadores y tampoco puede descartarse el uso de telas sintéticas o químicos agresivos.
Más allá de los síntomas físicos, la principal preocupación de los padres cuyos hijos tienen una dermatitis atópica tiene que ver con su adaptación al medio en el que se vuelven, ya que suelen retraerse por su condición y eso puede alterar su rendimiento en la escuela.
Tratamiento de la dermatitis atópica
Una vez diagnosticado el eccema atópico, el tratamiento consiste en mantener una buena higiene de la piel, evitando de todas las formas posibles la contaminación por la exposición a los factores externos mencionados y aplicando crema antibiótica en las lesiones cutáneas.
Alternativamente, pueden recomendarse tratamientos orales con antihistamínicos y corticosteroides para aliviar el prurito y la inflamación. Últimamente, también se ha experimentado con fototerapia o terapia de la luz y los resultados de cara al futuro son esperanzadores. Es el médico y especialista el que debe dar tratamiento y diagnóstico adecuado.
Temas:
- Piel